Euforia pasajera 17 enero, 2010

En estos últimos tiempos donde la gente, acostumbrada a vivir tan rápido, sin pensar mucho en las consecuencias y deseosa de vivir la vida al máximo, crea emociones aparentemente muy poderosas, pero profundamente vanales.

Para ejemplificar esto existe la navidad, los cumpleaños o celebraciones. Se planean cada vez con más tiempo de anticipación, se crean expectativas muy grandes sobre un hecho determinado y se realizan todas las actividades para que dicha celebración o evento salga de a diez.

Todo esto para festejar solamente un día en el que el menos divertido será el anfitrión, es raro si lo piensas detenidamente. ¿Por qué crear tantas expectativas sobre algo? ¿Y si algo que planeaste sale mal? ¿Qué va a pasar entonces? Nos vamos a deprimir o a enojar si esto sucede, cierto.

Cuando tienes los pies en la tierra, tal vez no veas estrellas ni luces alrededor pero al momento de caerte de la nube, el golpe será menos doloroso. Si, es bueno emocionarse por cosas de la vida, cosas de gran valor pero de eso a exagerar nuestras experiencias solo para dar la impresión de tener una vida llena de emociones es muy diferente.

Como propósito de año nuevo les invito a profundizar sobre las cosas que realmente necesitamos, cosas que nos hagan crecer como personas. La vida esta llena de situaciones preciosas y no es necesario el dinero ni el poder para disfrutarlas. Hay personas que nos dicen que para ellos el simple hecho de amanecer es importante y valioso. Vivir asi de libre también es muy emocionante.